Comunicado de prensa
12 de Febrero de 2009

Esta técnica milenaria actúa sobre distintos neurotransmisores involucrados en los “efectos secundarios” producidos por el climaterio

Es algo que tarde o temprano sufren todas las mujeres: la menopausia. En torno al cese de la menstruación, unas apenas presentan síntomas pero otras los tienen de tal magnitud que puede limitar su calidad de vida. Desde sofocos o problemas de memoria, hasta incontinencia urinaria, alteraciones de sueño, pasando por cambios de carácter, etcétera, la gran pregunta es cómo aliviarlos con los menores efectos secundarios posibles.

La menopausia forma parte del proceso natural de envejecimiento de la mujer. La Organización Mundial de la Salud la define como el cese permanente de los periodos menstruales que ocurre de forma natural o inducida por cirugía, quimioterapia o radioterapia. La natural se reconoce después de doce meses consecutivos sin menstruación que no se asocie a causas fisiológicas, como la lactancia, ni patológicas. Los cambios hormonales durante la transición de la menopausia pueden durar años.

Al ser algo generalizado, un número cada vez mayor de especialistas en Ginecología buscan alternativas al tratamiento hormonal convencional para tratar esos síntomas que se engloban dentro del climaterio, es decir, del período en el que se establece el fin de la vida reproductiva de la mujer. En los años 80, parecía que los estrógenos podían prevenir enfermedades crónicas, como las cardiacas, la osteoporosis o la demencia. Sin embargo, según señala el Dr. Beltrán Carrillo, médico especialista en Geriatría y Acupuntura que lleva ejerciendo como tal durante los últimos 15 años, “un amplio ensayo clínico reciente, “The Women’s Health Iniciative” (2002), realizado en mujeres postmenopaúsicas demostró que existía, al contrario de lo que se pensaba, un aumento de la incidencia de cáncer de mama y de enfermedad cardiovascular y cerebrovascular”. Además, se observó el doble de riesgo de padecer tromboembolismo en las mujeres que se sometieron a dicho tratamiento.

Y es que el papel de las hormonas sexuales femeninas no se limita a la regulación de funciones endocrinas y de reproducción sino que los estrógenos están involucradas en el control del bienestar, en diversas funciones cognitivas y en procesos de memoria, tanto en condiciones fisiológicas como patológicas.

Precisamente en relación a estas funciones cerebrales, la Acupuntura se presenta como una solución para paliar la sintomatología derivada del climaterio: “esta milenaria técnica actúa sobre estos neurotransmisores y centros nerviosos para producir una función nerviosa correcta”, explica el Dr. Carrillo. Así, los mecanismos por los cuales la Acupuntura mejora los síntomas son:

• Aumenta los niveles de β-endorfinas en el hipotálamo.
• Reduce una sustancia orgánica similar a la proteina, llamada péptido, que está relacionada con el gen de calcitonina, un potente vasodilatador que se incrementa cuando existen sofocos y que disminuye a un nivel normal cuando se realiza Acupuntura.
• Estimula la producción de serotonina, “clásicamente relacionada con la Acupuntura”, aliviando síntomas como los cambios de humor, el insomnio, el dolor abdominal y los sofocos.
• Aumenta la producción y liberación de dopamina, norepinefrina y noradrenalina, tres neurotransmisores que mejoran el ánimo.
• Activa el sistema colinérgico, que es el responsable de la mejora de la memoria.
• Y modula la actividad del sistema nervioso autónomo y de la actividad simpaticomimética del central.

Ante la duda de si estas mejoras pueden deberse a un efecto placebo, el Dr. Beltrán Carrillo asegura que “es poco probable porque no se ha visto que este tipo de efecto tenga el mismo resultado sobre la producción de neurotransmisores, ni sobre la activación de centros nerviosos como se ve en diferentes pruebas no invasoras, como la resonancia magnética funcional”.

Asimismo, existen diversos estudios que confirman cómo la Acupuntura ayuda en la mejora de los síntomas del climaterio. Por ejemplo, en Suecia, el equipo del Dr. Zaborowska, realizó dos estudios prospectivos con 102 mujeres, a las que se dividió en dos grupos: al primero se le realizó electroacupuntura, mientras que al segundo se le trató con terapia hormonal sustitutiva. Comparando los resultados previos al tratamiento, se observó como en el primer grupo mejoraron los síntomas, sin que se encontrara diferencias entre ambos. También, en un estudio de la Universidad de Stanford, se determinó cómo la Acupuntura individualizada es significativamente más eficaz para reducir la severidad de los sofocos al compararla con placebo.

Por otra parte, si la menopausia se produce antes de tiempo debido a un tumor de mama, los síntomas son aún más intensos, como indica el Dr. Carrillo: “en estos casos, cuando se aplica tratamiento hormonal o quimioteramia, puede producirse un distress con afectación de la calidad de vida. Aunque el tamoxifeno, medicamento que interfiere con la actividad del estrógeno, reduce las recurrencias y mortalidad del cáncer de mama, induce síntomas vasomotores hasta en el 60% de los pacientes, de los cuales, el 22% son incapacitantes y el 10% llevan al paciente a suspender el tratamiento”. En este sentido, el doctor indica que “se ha ensayado también la Acupuntura en mujeres con menopausia inducida por cáncer de mama y sus tratamientos, con resultados igualmente alentadores”.

Acerca del Dr. Beltrán Carrillo

Licenciado en Medicina y Cirugía por la Universidad Complutense de Madrid, el Dr. Carrillo se especializó en Geriatría aunque, por tradición familiar, terminó decantándose por el ejercicio de la Acupuntura, en la que es Magíster por la misma Universidad. Tras trabajar como geriatra en el Hospital Central de la Cruz Roja, en Madrid, abrió consulta privada de Acupuntura y Geriatría en 1993.

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