De Carlomagno al Emprendedor: ventajas de la internacionalización
José Luis Martín
CEO de BusinessGoOn
Cada vez hay más empresas que han perdido el miedo a salir al extranjero. La internacionalización es la principal salida para el crecimiento de las pymes que, actualmente producen un 33% del volumen de su negocio en otros países, pero todavía hay muchas que aún están dudando. Por eso, desde BusinessGoOn, queremos animar a todas las empresas, emprendedores o incluso personas freelance a emprender esta conquista de mercados porque las ventajas son mucho mayores que los inconvenientes.
Durante muchos años hemos estado asesorando sobre internacionalización a organizaciones de todos los sectores: química, construcción, telecomunicaciones, agroalimentario, etc. Y en todas ellas hemos comprobado un aspecto clave: el tamaño no importa. Muchas de estas empresas han sido familiares, pequeñas sociedades compuestas por menos de 10 trabajadores… Algunos empresarios han tenido un “complejo de enanismo”, que para nada influye en el exterior. Todo lo contrario: la internacionalización evita que muchas de la pymes desaparezcan o sean adquiridas por empresas más grandes, que tienen mayor capacidad. Normalmente, las grandes compañías cuentan con más margen en los precios y unas estrategias de marketing más agresivas. Sin embargo, el hecho de que una empresa decida internacionalizarse puede hacer que el pequeño sea el que se coma al grande.
Además, el tamaño de una empresa es cuestión de tiempo, no de recursos humanos. Las empresas que se internacionalizan, a medio y largo plazo, se convierten cuatro veces más grandes que las que no invierten, ni exportan, y dos veces más grandes que las que exportan. Uno de los casos más conocidos es el de ZARA. ¿Hay alguien que haya viajado al extranjero y no haya visto una tienda de esta marca de ropa? Cuando nos hemos encontrado con alguna, a muchos de forma inconsciente nos sale una sonrisa, como cuando oímos alguien a hablar nuestro idioma en una país que no es el nuestro. ZARA es un claro ejemplo de éxito de internacionalización. La compañía no sólo está presente en numerosos países, sino que ha sabido crear un valor de calidad y lujo, que le permite estar entre las marcas más reconocidas internacionalmente. Esto es lo que le decimos a las más de 800 empresas textiles que asesoramos en ACOTEX, que ZARA empezó haciendo el camino desde Galicia.
Las empresas internacionalizadas son más competitivas, tienen unos índices de productividad más elevados y obtienen un volumen de negocio un 50% superior a las que no lo hacen. Ello genera más y mejor ocupación, por lo que crean más empleo, de mayor cualificación y mejor retribuido. El factor humano es fundamental también en esta estrategia. Desde el punto de vista psicológico, hace que los empleados se sientan parte de una “gran familia” que, si se trabaja la comunicación interna, puede reportar grandes lazos de unión e intercambios culturales. Además, un trabajador integrado y motivado sentirá que el éxito en el exterior es también gracias a su esfuerzo y, por tanto, su productividad aumentará. Es inevitable que a todo el mundo le guste sentirse un pequeño “Carlomagno”.
Y aún con las condiciones históricas de por medio, la internacionalización permite resistir mejor a los ciclos económicos adversos. Las empresas son más competitivas y al estar más diversificadas suelen crecer hasta en épocas de recesión económica. Es el caso, por ejemplo, de los mercados europeos, que están muy maduros y se han visto afectados por la caída del consumo; lo cual ha hecho que muchas empresas busquen nuevos nichos de mercado.
Muchos de estos nichos se encuentran en países con mayor potencial de crecimiento, como el BRIC (Brasil, Rusia, India y China) o los next eleven, (Bangladesh, Egipto, Indonesia, Irán, México, Nigeria, Pakistán, Filipinas, Corea del Sur, Turquía y Vietnam). No obstante, la internacionalización no consiste en vivir en un hotel resort de pulserita del “todo incluido” frente al contraste de la pobreza de muchas de estas zonas. A pesar de que sean economías emergentes, las empresas tienen que tener una estrategia bien definida y analizar si el producto encaja allí y si poseen las infraestructuras adecuadas.
La internacionalización permite aprovechar economías de escala, trasladando determinadas actividades e incluso partes enteras de la cadena de valor a localizaciones más competitivas, ya sea por costes o por capacidades. De esta forma, pueden adquirir o aplicar nuevas capacidades y recursos a la compañía (materias primas, tecnología, capital humano…). Por un lado, los trabajadores locales proporcionarán el valor añadido del conocimiento del entorno socioeconómico y cultural y, por otro, la proximidad de los recursos materiales disminuirá los gastos en transporte y logística. La fórmula es muy sencilla: ¿alguna vez has calculado cuánto te cuesta transportar el producto que quieres vender en un país y cuánto te cuesta fabricarlo allí? Esa es una de las diferencias más básicas entre exportar e internacionalizar. Mientras que la exportación sólo mueve productos, la internacionalización mueve ideas, recursos, gestión, etc.
Aprender de las particularidades de los distintos clientes y mercados es uno de los grandes objetivos de los departamentos de internacionalización de las empresas. Cuando hablamos de internacionalización, lo hacemos desde una estrategia a largo plazo y con una continuidad prolongada. No se trata de una presencia puntual, sino de estar completamente asentado en la economía de esos países. Por eso, es muy importante que los profesionales que se dediquen a esta tarea sepan captar las capacidades de los competidores e incluso de la propia diversidad cultural de los equipos.
La internacionalización es estupenda para las estrategias de marketing. Permite desarrollar con mayor facilidad la marca de la compañía. Esta estrategia lleva consigo valores inherentes como decisión, valentía, fuerza, crecimiento… grandes aliados para campañas de comunicación y publicidad. ¿Cuántas veces hemos oído que un producto o servicio es un éxito en determinado país y que miles de personas ya lo han probado? Desde la perspectiva del consumidor, esto genera un efecto imitación y una necesidad de no sentirse fuera de las modas y tendencias.
Lo mismo pasa en el mundo empresarial, aunque la internacionalización no debería ser una moda, sino una obligación. Pero aún así, sólo por el mero hecho de no sentirte excluido y fuera de la órbita, tu empresa debería empezar ya a reservar los tickets de avión. ¿Prefieres ventanilla o pasillo?