LOS ESTILOS DE VIDA, MARCAN LA ALIMENTACION

Artículo de Opinión

Cuántas veces hemos oído el dicho:”Somos lo que comemos” y si nos paramos a pensar lo que realmente nos quiere transmitir este mensaje, vemos que hay mucho de cierto en ello, es decir, se asocian nuestras costumbres alimenticias a nuestro estilo de vida.

Nutricionalmente, la alimentación española es correcta, pero debido a la influencia de otros países se están variando algunos aspectos importantes, típicos de la dieta Mediterránea entre los que cabe mencionar, la disminución de proteínas vegetales proporcionados por las legumbres, así como la disminución de hidratos de carbono suministrados por pastas, arroces, etc. Actualmente, tendemos a aumentar el consumo de productos elaborados tales como comidas preparadas, hamburguesas, salchichas o bollería industrial que aportan un incremento de grasas saturadas en el organismo.

Si nos fijamos en una persona deportista, observamos que su cuidado no sólo es de su cuerpo. Para mantener una buena forma física, mejorar la capacidad cardio-pulmonar o llegar a un alto grado de relajación mental, es necesario hacer ejercicio además de cuidar especialmente su alimentación. Un factor importante a tener en cuenta es que el deportista no sólo debe comer, sino que por encima de esa actividad, además debe alimentarse para obtener el mayor rendimiento posible. La forma de alimentarse varía mucho, dependiendo del tipo de actividad que se desempeña. En general su alimentación es sana, nutritiva y equilibrada, donde abundan los hidratos de carbono (pastas, arroces……),como fuente inmediata de suministrar energía al organismo, verduras y frutas fresca que aportan las vitaminas y minerales necesarios, así como proteínas (carnes, pescados, huevos….)como sustrato fundamental de los músculos.

Ahora bien, también nos fijamos en personas a las que no les interesa el ejercicio, puesto que su forma de vida va más con sentarse frente a un televisor o frente a un ordenador dónde pueden pasarse horas y horas. Normalmente, no se preocupan de mantener su cuerpo en forma, proporcionándole una flexibilidad, resistencia o elasticidad, es decir son personas físicamente sedentarias, y por tanto ocurre lo mismo con sus hábitos de alimentación. En general consumen demasiadas grasas, sobre todo a expensas de grasas saturadas, su alimentación es rica en azúcares y escasa en frutas y verduras, a las que tampoco suelen prestar mucha atención en la forma de su preparación.

Otro tipo de personas son las que combinan ambos patrones, es decir de vez en cuando se dan cuenta de que su estado físico no es el que desean y deciden cambiar de hábitos. Cambian el sedentarismo por algo de actividad y, en ese mismo período, cambian también su forma de alimentarse, pero pasado un tiempo vuelven de nuevo a sus costumbres anteriores. Muchas veces esto es contraproducente, es mejor mantener una actividad física regular y constante unas 3-4 veces por semana y mantener unos buenos hábitos en la alimentación de forma periódica para que tras el esfuerzo invertido en marcar un estilo de vida diferente, lo que hemos perdido no lo recuperemos con mayor rapidez.

Si a estos hábitos alimenticios le sumamos que en la cultura que actualmente estamos viviendo, el estrés que en ocasiones causa el trabajo, impide que las personas tengan dificultades para llevar una dieta equilibrada, todavía hace más propicio que existan numerosos condicionantes para que las personas adquieran unos hábitos alimenticios que no son correctos para el buen funcionamiento de nuestro metabolismo.

Dra. Esther Rodríguez Adrada

Centro Médico Nuevo Siglo

 

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