El abogado también puede ser emprendedor
Comunicado de prensa
24 de marzo de 2015
Visión global, formación continua y especialización, aspectos fundamentales para que un bufete tenga continuidad
Año tras año salen de las facultades miles de licenciados en derecho y especializados en diferentes ramas. Jóvenes que tras su paso por la universidad buscan introducirse en un mercado laboral complejo, en el que se les exige tener cada vez más habilidades para tener acceso a un despacho de mayor o menor tamaño. Pero, ¿qué es lo que ocurre cuando uno o varios de estos profesionales deciden establecerse por su cuenta? ¿cuáles son los aspectos fundamentales que deben cumplir para tener continuidad?
Para Carlos Pavón, socio director de IURE Abogados y miembro fundador de IURE Emprendedores & Business: «En el mundo global actual, los letrados, además de tener amplios conocimientos sobre las leyes vigentes, deben dominar como poco un segundo idioma. La adaptación de nuestra normativa al derecho internacional y a las directrices europeas hace necesario que el abogado necesite saber, de primera mano, qué está pasando en otros países y qué nuevas leyes afectarán a nuestro ordenamiento jurídico”. Y añade, «este conocimiento, unido a que en muchas ocasiones se debe ejercer en otra lengua, viene ligado a la necesidad de que el letrado esté acorde a los nuevos tiempos y sepa identificar las nuevas figuras jurídicas y empresariales que se idean fuera de nuestras fronteras, y que cada vez tardan menos en llegar como por ejemplo, a entes como los Business Angels, el co-funding, etc., nuevas maneras de financiación para las que hay que buscar su adaptación a la normativa y de las que hay que estar informado, ya que muchas veces su novedad las sitúa en lagunas jurídicas”.
En este contexto, el derecho evoluciona en una materia viva que se adecua conforme a los cambios de la sociedad, por este motivo es vital la capacidad de aprendizaje, para no quedarse obsoletos a los pocos años de iniciar la actividad profesional, de ahí la importancia de tener una formación continua, mediante cursos, seminarios y conferencias. Asimismo, otro aspecto fundamental para todo nuevo abogado, son las nuevas tecnologías, debido a que hacen más rápido el trabajo, son fundamentales en la comunicación y la documentación, y permiten estar informados en tiempo real. Pero más allá de estas cuestiones el abogado debe estar al día de las TICs, porque hay que adaptarse a nuevos delitos que se cometen por Internet o a través de dispositivos móviles, como el ciberbullying, robo de bases de datos, eliminación de información… Además, el manejo de las redes sociales es fundamental para poder desenvolverse ante los nuevos ciberdelitos.
Por otro lado, hay que destacar la gran competencia entre profesionales que existe en el sector. Esta situación hace necesario hoy en día, que el abogado, además de tener pleno conocimiento de las normativas, tenga buenas dotes comerciales, que sepa generar negocio y sea un buen comunicador para atraer a sus posibles clientes. En la actualidad su sabiduría y preparación no se demuestra utilizando un lenguaje técnico lleno de conceptos jurídicos, que el cliente no entiende.
La complejidad que ha adquirido en los últimos tiempos nuestro ordenamiento jurídico, hace que el abogado deba estar casi por obligación especializado en un área. Por este motivo se hace necesario que el profesional sepa trabajar en equipo. “Ahora muchos despachos se constituyen como empresas que pueden dar un servicio global a sus clientes y no como figuras autónomas”, afirma Pavón. Esta peculiaridad podría hacernos pensar que se pierde el trato individualizado y directo con el cliente, pero esto no tiene porque ocurrir si el despacho sabe trabajar su imagen de marca, que sepa reflejar ante la sociedad el buen hacer y los beneficios de contar con determinado bufete.
Carlos Pavón concluye: «Hay que destacar que muchas veces los problemas se pueden solventar antes de que se produzcan. Por eso, es muy necesario que el abogado, además de saber solucionar conflictos, trabaje realizando una abogacía preventiva para asesorar a sus clientes. Asimismo, debe ser un buen negociador y estratega que sepa dirimir entre qué y cuándo se ofrecen más ventajas para un caso, y si es necesario llegar a juicio o es posible decantarse por otras opciones como la mediación para solucionar conflictos».
IURE Abogados nace en 1987 en Alcalá de Henares, y posteriormente, en 2004, abre despacho en Madrid, con una clara vocación de servicio al cliente empresa, continuando con la trayectoria de especialización en la adecuada gestión de crisis empresarial, tanto en fase preventiva como en situación de insolvencia.
A lo largo de estos años, los profesionales de IURE Abogados han adquirido la experiencia necesaria para brindar a sus clientes el asesoramiento más adecuado, según la situación particular de cada empresa y con el firme objetivo de prevenir a tiempo situaciones de insolvencia, buscando siempre las mayores garantías de continuidad de las diferentes unidades de negocio y procurando la protección de los administradores societarios de eventuales responsabilidades.
IURE Emprendedores & Business nace como un nuevo área de negocio del Despacho IURE Abogados para ofrecer un asesoramiento integral y una continua búsqueda de soluciones para las empresas que quieren iniciar su actividad de una manera ordenada y segura, o que entienden que llegado un punto de actividad y desarrollo de su negocio, requieren del asesoramiento especializado, para la reorganización de su estructura societaria.
Fruto de de la experiencia de sus socios y abogados, se ha desarrollado con la convicción de que el óptimo asesoramiento jurídico, económico y financiero, en el momento oportuno, es requisito indispensable para asegurar la marcha de todo proyecto desde el inicio de su actividad. Asimismo, la toma de decisiones, en determinados momentos, con el consejo adecuado, definirá su futuro y, en gran medida, su éxito empresarial.
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