TRABAJAR DESMOTIVADO PERJUDICA SERIAMENTE LA SALUD
Art. Dra. Marisa Navarro
Para muchas personas un empleo con el que no se sienten felices, se convierte en motor de generación de emociones negativas. Cuando estas se mantienen en el tiempo, teniendo en cuenta los días y horas, que pasamos en el trabajo, el sistema inmune se ve afectado. Por ello, la desmotivación laboral se puede convertir en un potenciador de enfermedades, psicosomáticas o de otra índole.
Las dolencias que más se producen en personas que desarrollan estados de negatividad, respecto a su empleo, suelen ser las mismas que se derivan de situaciones de estrés, como las relacionadas con el sistema digestivo, que es nuestro segundo cerebro, por la cantidad de neuronas que tenemos en él. También son comunes, en las personas que en su trabajo están totalmente desmotivadas y tristes, las dolencias relacionadas con el sistema muscular, las migrañas y cefaleas tensionales, así como problemas dermatológicos.
Estas dolencias son una señal de alarma que nos avisa de la necesidad de un cambio, aunque no siempre es de empleo, sino de nuestros pensamientos y actitudes ante él. Cambiando el pensamiento, cambiará nuestra vida. La clave, para ser felices en el ámbito laboral, no está en el trabajo que realizamos, sino en la actitud que se mantenga al respecto, puesto que los pensamientos, determinan después nuestros sentimientos y nuestras acciones.
Aunque se quiera otro trabajo mas satisfactorio, mientras esté desarrollando el que tengo, es necesario pensar en todo aquello que pueda cambiar mi situación emocional en él. Es de sabios decirnos lo que necesitamos para encontrarnos bien. Los que practican esta idea son capaces de ser mucho más felices, se encuentren donde se encuentren y hagan lo que hagan, y eso no quiere decir que no tengan miras puestas en mejorar. Todos podemos ser muy buenos desempeñando la mayor parte de los empleos que elegimos, si se pone en ellos intención, dirección, ilusión y corazón en realizarlo, independientemente de si es el que se desearía realizar o no.
Por esta razón, considero que lo primero que se debe hacer ante un empleo para encontrar la motivación es tratar de esforzarse, pues cuando lo hacemos lo normal es que obtengamos buenos resultados. Esto será un impulso a seguir haciéndolo bien, porque el reconocimiento es motivador, y tanto el nuestro propio, como el de los demás. Cuando las cosas se hacen poniendo interés, nos sentimos a gusto con nosotros mismos. Desarrollar lo mejor posible un trabajo, y más aún si no es de nuestro agrado, nos hace crecer y darnos cuenta de que se es capaz de muchas cosas, y de manejar situaciones que pueden ser difíciles y comprometidas, lo cual además mejora la autoestima y consideración personal.
Y también centrarse en la compensación y el beneficio para de esa manera contrarrestar pensamientos negativos , y es que siempre podemos motivarnos realizando cualquier trabajo, pues cabe pensar que es una elección propia, ya que obtenemos una compensación que puede ser económica o de otro tipo, como por ejemplo de horarios, situación geográfica, aprendizaje o satisfacción personal.
Por otro lado hay que intentar tratar de generar un ambiente agradable. Todos tenemos determinados dones o talentos como pueden ser las relaciones con los demás, o nuestras capacidades de consenso o el alegrar la vida de los que nos rodea , y si las potenciamos nos sentiremos mucho más felices en nuestro entorno laboral. Pasamos una gran parte del día en nuestro trabajo, por lo que es muy importante que nos rodeemos de un ambiente lo más agradable posible, dentro de las posibilidades que existan.
Además, se debe procurar enriquecer los espacios del ámbito personal, y que nuestra vida no se centre solo en el trabajo, sino algo que se alterna con otros aspectos enriquecedores que me hacen feliz. Mientras tanto, en las horas laborales será importante pensar que el trabajo es un compromiso, y una vez adquirido, lo que mejor me va a hacer sentir es «hacer lo que tengo que hacer» más allá de lo que “me apetece” en un determinado momento, y esto requiere esfuerzo y disciplina, pero a largo plazo tendrá su recompensa, pues te hará crecer como persona y te hará sentir mucho mejor y más sano.
Por último conviene alejarse de compañeros tóxicos. Estos, pueden crear a su alrededor un ambiente dañino para los que le rodean, sea en el ámbito laboral o en cualquier otro. De hecho hay espacios laborales negativos y otros positivos, porque indudablemente hay contagio, y es muy posible que en esos espacios haya alguno de los miembros que sea el generador de ese ambiente, y no es difícil localizarlo. Un buen directivo debe identificar a los empleados tóxicos de una empresa, que los hay de muchos tipos, y tratar de separarlos del grupo de trabajo, dándoles tareas individuales en las que se relacionen menos con el grupo, o poniéndolo en otro equipo, teniendo en cuenta que un empleado tóxico, no tiene porque serlo para otro determinado puesto o departamento.
Los pensamientos que tenemos sobre el trabajo que realizamos son fundamentales, y aprender a manejarlos es una técnica a nuestro alcance.