Dieta y ejercicio pero te cuesta mucho adelgazar, la solución está en tus genes

Las dietas tradicionales ofrecen la posibilidad de adelgazar los kilos que sobran o llevar una vida saludable, basándose en pautas de alimentación muy generales como evitar las grasas, los azúcares, elevar las cantidades de verduras que se ingieren, reducir las calorías, etc. Indicaciones que ayudan a controlar o bajar el peso, pero que como te habrás dado cuenta, si alguna vez has tenido que seguir alguna de ellas, no tienen los mismos efectos en todas las personas.

Según explica Aldara Fernández Basterrechea, nutricionista del Instituto Pérez de la Romana, muchas veces cuando queremos bajar peso, optamos por dietas que haya realizado algún conocido o hemos encontrado en Internet, debido a los buenos resultados de los que algunos hablan, ignorando que el esfuerzo que requieren, puede no tener los resultados deseados cuando nos la aplicamos a nosotros mismos, incluso realizando la misma actividad física. Y es que cada persona tiene unos condicionantes diferentes que influyen en la manera que procesamos los alimentos y nuestro cuerpo utiliza los nutrientes. Con esto no solo estamos haciendo un esfuerzo en vano, sino que estamos poniendo además en riesgo nuestra salud, tanto física como psicológica.

Para que una dieta realmente funcione debemos saber qué alimentos son los que procesamos mejor y cuáles no, y la respuesta a todo esto nos la da la Nutrigenética, que es la rama de la genética que estudia la relación entre nuestros genes y la respuesta de una persona a una dieta. Según indica la experta, a pesar de que el 99,9% de nuestra información genética es compartida por todos los seres humanos, es en el 0,01% restante donde se encuentra lo que nos hace distintos y donde se determinan nuestras características físicas, fisiológicas y metabólicas entre otras.

Conocer esta pequeña parte es muy importante para poder saber nuestras tendencias genéticas más negativas y positivas. Así por ejemplo cómo quemamos la grasa, qué nutrientes se absorben, o cómo y con qué rapidez se transforman, y la facilidad para aumentar el gasto metabólico por ejemplo, y así poder optar por unos hábitos de alimentación y de vida saludables, que prevengan posibles situaciones de riesgo. Para conocerlo es posible realizar un test, en el que mediante un análisis de saliva se puede conocer cómo una persona interacciona con cada nutriente y cuáles de ellos se deben fomentar y cuáles reducir, dependiendo del objetivo que un paciente tenga, perder peso, controlar riesgo de diabetes, mejorar digestiones, etc.

“Estos datos, que resultan de haber analizado, entre otros factores, más de 100 interacciones Gen-Nutriente, junto con la información que se obtienen de una analítica de sangre, las características antropométricas del paciente, su edad o su estilo de vida, nos permite poder dar unas recomendaciones dietéticas y recomendarle unos hábitos 100% personalizadas. Por ejemplo algunas personas pueden beneficiarse de una suplementación de capsinoides (variedades de pimientos) para aumentar su metabolismo y reducir de esta forma la adiposidad corporal y sin embargo en otras personas, estos no tienen ningún efecto” añade la experta.

Otro caso que explica es lo que ocurre con los suplementos de omega 3, que algunas personas toman sin un previo control genético, porque lo han visto anuncios en la televisión. “Estos deben saber que un consumo elevado de omega 3, puede aumentar los valores de colesterol LDL (colesterol malo), mientras que a otros puede ayudarles a incrementar el colesterol HDL (colesterol bueno) y aportarles mayor protección cardiovascular, así como reducir los triglicéridos, etc” aclara.

Además Aldara Fernández advierte que llevar una dieta y un hábito de vida saludable, basado en la personalización de nuestros genes, no sólo es cuestión de tener una determinada talla o un cuerpo delgado, sino que es salud, ya que con ella estamos conociendo también nuestra predisposición a padecer enfermedades identificadas a partir de nuestro ADN (diabetes, obesidad….hipertensión, enfermedad cardiovascular, síndrome metabólico, dificultad para perder peso y para mantenerlo, saciedad, hígado graso, celiaquía, intolerancia a la lactosa, colesterolemia, trigliceridemia, gota, …), y que pueden prevenirse mediante la elección de pautas alimenticias determinadas. “Y es que tener predisposición, no significa que vayan a padecerse, ya que hay más factores que las desencadenan y sobre las que se pueden actuar” aclara.

Por último, recuerda que para tener un cuerpo sano, el ejercicio siempre debe acompañar a la alimentación. “No se trata de ser atletas de competición, sino de realizar algún tipo de actividad física aunque sea moderada, porque esto nos ayudará a mejorar nuestra musculatura, la calidad de nuestros huesos y órganos entre otros”, concluye.

Acerca de Aldara Fernández Basterrechea

Graduada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad de Alicante, ha realizado un Máster en Nutrigenética y Nutrición Personalizada, en la Universidad de Islas Baleares.

Además es especialista en patologías digestivas y metabólicas, especialista en nutrición y rendimiento deportivo y experta en cocina saludable.

Acerca del Instituto Pérez de la Romana

El Instituto Pérez de la Romana de Cirugía Plástica y Estética en Alicante, es un centro médico en el que gracias a la más avanzada tecnología y los especialistas más destacados en los campos de Cirugía Estética, Medicina Estética y Obesidad, ofrece todo tipo de tratamientos y soluciones para cuidar de la salud y prevenir enfermedades.

El centro fue fundado en 2005 por el Dr. Federico Pérez de la Romana licenciado en Medicina y especialista en Cirugía Plástica Estética y Reparadora por la Universidad Complutense de Madrid, y formado en Cirugía Plástica y Estética en la Universidad de California y en los hospitales universitarios de San Diego, Los Ángeles y San Francisco.

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