Disfrutar del fútbol sin que afecte a la salud
Entender este deporte como lo hacen Iniesta o del Bosque es medicina emocional
El fútbol como deporte de equipo tiene todas las virtudes y beneficios para la salud de cualquier ejercicio gimnástico, de recreo y esparcimiento. En cuanto al fútbol como espectáculo de masas, puede convertirse en medicina para nuestras emociones, al tener la capacidad de divertir, apasionar, entretener y evadirnos de los problemas.
Según explica la doctora en medicina Marisa Navarro, autora del libro La medicina emocional, existen varias razones por las que aficionarse a ver partidos de fútbol, puesto que la capacidad que este deporte tiene para ilusionarnos, es toda una medicina para nuestra mente y nuestro estado de ánimo, que después repercutirá en la salud en general.
Entre otros beneficios el fútbol, nos da referentes de superación, los jugadores se convierten en héroes para los aficionados viendo en ellos modelos capaces de superar adversidades, lograr triunfos e inspirar. Además fomenta el reconocimiento y la integración, estamos hechos para relacionarnos con los demás, y una forma de hacerlo es a través de un deporte de equipo, que sacia nuestra necesidad de sentido de pertenencia.
Nos hace olvidar conflictos, asegura la doctora, y es que supone una gran evasión, al hacernos salir de nuestra particular realidad, olvidándonos del trabajo, de los problemas personales, etc. Por último, el fútbol crea vínculos y lazos muy potentes entre las personas que lo disfrutan juntos, pues emociones compartidas unen mucho. Incluso cuando un equipo sufre una derrota, la atención concentrada en el tiempo de juego y la esperanza de una nueva oportunidad o competición genera emociones positivas en el aficionado, con intensas descargas de endorfinas que, según Marisa Navarro “son neurotransmisores de la felicidad, el placer y el bienestar, que incluso nos pueden llevar hasta abrazar efusivamente a un desconocido que tenemos al lado, solo por ser de nuestro equipo”.
Pero los aficionados también se identifican con su equipo y experimentan las sensaciones de los jugadores, que en caso de pérdida de un partido, una mala jugada o un fallo, pueden ser negativas. Las emociones intensas en exceso como tristeza, ira, estrés o ansiedad, nos afectan físicamente y podrían dañar nuestra salud. Todas ellas unidas a una implicación excesiva con nuestro equipo y al ambiente del campo, dónde sentimos las emociones con mucha mayor intensidad, puesto que estas se amplifican cuando las compartimos con otros, pueden aumentar nuestra frecuencia respiratoria y cardiaca, así como crear tensión muscular que desembocará en dolor o desencadenar subidas de nuestra presión arterial, que junto a otros factores predisponentes, podrían desencadenar hasta infartos. Por no hablar de los aficionados que dejan aflorar sus más bajos instintos, llevando a cabo actos violentos tanto físicos como verbales.
Marisa Navarro explica que ante ello, debemos comprender que el fútbol es un juego, que está muy bien anhelar y disfrutar con las victorias, pero que no siempre se puede ganar y que con toda la ilusión por los triunfos, hay que saber perder si nuestro equipo ha sido superado, ilusionándonos con nuevas oportunidades .
“Si pierde nuestro equipo, debemos decirnos que el espíritu deportivo supone el mayor esfuerzo e intento por jugar lo mejor posible, disfrutando del juego y del espectáculo. También que es elegante y deportivo saber perder con dignidad” afirma la experta.
Para no dejarnos llevar por emociones negativas intensas, la doctora asegura que lo mejor es no dejar que nuestros conflictos personales puedan manifestarse a través del fútbol. Evitar los pensamientos que pueden producir sentimientos y emociones negativas, sobre los sucesos que se den en el partido y desarrollar una conducta de aceptación de los resultados, dándonos mensajes de nuestra afición por el fútbol independientemente de lo que suceda.
Un buen consejo es evitar el alcohol en los partidos, ya que este disminuye nuestra capacidad para controlar nuestras emociones. Y muy importante es el ejemplo que se da a los hijos al acompañarnos a eventos deportivos, lo que debe ser aprovechado para educarlos en el respeto y la tolerancia, que no está reñido con disfrutar de todas las pasiones que desata el fútbol. Las experiencias emocionales intensas a edades tempranas, suelen quedar muy grabadas para el resto de la vida, de manera que casi con seguridad el equipo de fútbol con el que simpatizamos de pequeños, lo será para toda la vida.
A los que se deprimen con el final de las competiciones, deben saber que pronto empezará la próxima temporada. Y que es muy positivo poner nuestra atención en otras cosas, y darnos cuenta que también nos pueden satisfacer otras actividades como hacer deporte, leer, pasear o escuchar música.
El fútbol puede pasar factura, sólo hay que fijarse en el aspecto físico de muchos entrenadores que envejecen rápidamente, debido al alto nivel de estrés al que están sometidos. Gestionar esta ansiedad implica ser capaces de desarrollar su labor en el equipo con la máxima entrega, pero con serenidad y calma, aceptando que el fútbol es también un juego y en el que influye el azar. Dos ejemplos de personas que entienden el fútbol de manera emocionalmente sana, serían Vicente del Bosque, que es el ejemplo ideal en este sentido, y Andrés Iniesta.
El primero porque ha sabido alcanzar el respeto y la autoridad moral, respecto de su equipo, con trabajo y estrategias deportivas adecuadas e inteligentes, motivando a cada jugador para obtener su mejor rendimiento, escuchando al grupo con empatía, sabiendo canalizar las emociones, mostrándose siempre sereno y haciendo crecer el sentimiento de orgullo de equipo y de esfuerzo máximo por vencer. Un profesional de carácter ganador, pero que sabe perder con elegancia. Y el segundo, porque a parte de su talento e inteligencia, tiene un gran espíritu de equipo, se esfuerza con pasión y ofrece en el campo una imagen de habilidad, sacrificio y profesionalidad.
Sobre la Autora:
Doctora en Medicina por la Universidad de Alicante, realizó el doctorado en el área de Salud Comunitaria en el Departamento de Psicología de la Salud, versando su tesis sobre la depresión. Especialista en Trastornos del Sueño e Hipnosis Clínica, por la Universidad Complutense de Madrid, también ha realizado un máster en Gerontología y Salud por la Universidad de Alicante.
Desde hace más de 20 años ejerce como médico psicoterapeuta en su consulta de Alicante, dónde ha atendido a más de dos mil quinientos pacientes. Además La Dra. Navarro es profesora, conferenciante, comunicadora y ponente en universidades y foros de salud.
Ha publicado artículos en revistas científicas de ámbito nacional e internacional y habitualmente colabora en espacios de salud de medios de comunicación, entre los que destacan La Mañana de Televisión Española o Radio Inter. Recientemente ha lanzado al mercado su primer libro “La medicina emocional”, en el que se expone el concepto de cómo los pensamientos y los sentimientos afectan de manera positiva o negativa en la salud, desarrollando un conjunto de técnicas y de tratamientos aplicados al cuidado de las emociones para gozar de mas salud, prevenir enfermedades, ser mas felices, y disfrutar mas de la vida.
Persona comprometida y solidaria, ha sido presidenta de la ONG Medicus Mundi en la Comunidad Valenciana, durante más de diez años.
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Recursos de Mercado – Gabinete de prensa de la Dra. Marisa Navarro
Tlf: 91 547 08 04