El aprendizaje de las matemáticas desde niño: beneficios en la edad adulta
Aurelio Sánchez Estévez
Director de Formación y Comunicación de KUMON
En la vida diaria se hace imprescindible manejar conceptos matemáticos en ámbitos muy diversos. Acciones tan cotidianas como comprar una barra de pan, preparar una receta de cocina, o mirar qué hora es, implican la realización de operaciones aritméticas básicas. Pero, es que además, las matemáticas están ligadas a la consecución de objetivos generales de desarrollo intelectual, ya que contribuyen al desarrollo de las capacidades de razonamiento, abstracción, deducción, reflexión y análisis, y por ello, su aprendizaje va a facilitar el de otras áreas de estudio.
Es evidente que si un alumno es capaz de desarrollar las capacidades mencionadas anteriormente, este alumno va a ser mucho más eficaz a la hora de abordar cualquier asignatura. Por otra parte, es importante pensar que todas estas capacidades trascienden el ámbito académico y son también aplicables en la vida diaria.
Cuando se evalúa el conocimiento matemático nos encontramos con que las diferencias pueden ser muy marcadas tanto en los niños como en los adultos. Por ejemplo, en una clase de alumnos de 11 años de edad es probable que haya un rango de hasta 7 años de diferencia en lo que se refiere a sus habilidades aritméticas. Incluso en edades de 5 y 6 años es posible encontrar diferencias de hasta 3 años en las dichas habilidades. Algunos estudios señalan que estas diferencias se mantienen bastante estables a lo largo del desarrollo y que los niños permanecen en la misma posición con respecto a otros de la misma edad a lo largo de su escolarización. Estas investigaciones permiten afirmar que si reforzamos el aprendizaje matemático durante la etapa de educación infantil, esto podrá reportar un gran beneficio a los estudiantes en la etapa obligatoria de su escolarización, o en otras etapas como la universitaria.
Para un correcto aprendizaje de las matemáticas es imprescindible lograr una automatización de tareas mediante la práctica extensiva, así como la comprensión de los principios conceptuales necesarios.
Disponer de un amplio repertorio de procesos automatizados en la percepción, la memoria y la resolución de problemas, permite concentrar la atención en las partes nuevas de una determinada tarea, lo que va a posibilitar la construcción de los nuevos conceptos.
Pongamos un par de ejemplos: los lectores expertos poseen un rápido reconocimiento de las palabras y de la comprensión de las estructuras del lenguaje, por lo que pueden concentrarse en el significado de lo que están leyendo. De igual modo, un alumno que domina perfectamente la aritmética, cuando se concentra en resolver una ecuación, puede centrar su atención en cómo despejar la incógnita, pasando por alto la resolución de sumas, restas, multiplicaciones y divisiones. La práctica de los distintos conceptos matemáticos permite ganar velocidad y dominio, del mismo modo que un atleta debe practicar ciertos ejercicios para mejorar en su rendimiento.
El año pasado, en la conferencia internacional de Kumon Europa y África, Marta Fernández, una estudiante de ingeniería aeronáutica que había trabajado durante varios años con el método Kumon dijo lo siguiente durante su presentación: “Cuando te enfrentas a problemas continuamente aprendes a pensar y a organizar tus ideas. Todo con la finalidad de resolver el problema de la forma más sencilla y más rápida posible”.
La reflexión anterior es muy importante, porque muestra que el aprendizaje se produce como resultado de la interacción entre lo que el alumno ya sabe, la información nueva que se le plantea y lo que hace para aprender. Cuando un estudiante comienza una carrera universitaria, y especialmente cuando comienza una carrera técnica, es fundamental partir de unos conocimientos previos bien consolidados que son los que le van a permitir entender y asimilar la información nueva.
Si se sientan las bases desde la educación infantil, los alumnos serán capaces de trabajar con las matemáticas desde una posición de privilegio durante toda su vida. Y lo que es más importante aún, no sólo con las matemáticas, ya que las capacidades adquiridas serán de aplicación en todos los ámbitos.