EL NUEVO AHORRO EN LAS EMPRESAS ESTÁ EN UNA CORRECTA GESTIÓN AMBIENTAL

El medio ambiente está de moda. Es una tendencia globalizada y a diario nos llegan mensajes dirigidos desde el “marketing verde” que, sin embargo, con frecuencia no tienen detrás un verdadero fundamento, ni una explicación técnica. Si bien es cierto que hay muchos profesionales que trabajan y difunden la idea de la importancia de la preservación del entorno, también hay muchas empresas que abanderan el medio ambiente con un objetivo comercial y de imagen. A veces, ocultando importantes cumplimientos normativos. Siendo lo ideal que las empresas mantuvieran un firme compromiso con la sostenibilidad, perseguir fines meramente reputacionales, ubica el medio entre sus prioridades, independiente de sus objetivos.

La mejora de esta compleja situación, sin embargo, depende de que los principios se lleven a la práctica con las modificaciones técnicas necesarias, y esto solo se logrará a través de la comprensión del mensaje por parte de los profesionales. Así, una empresa “verde”, respetuosa con el entorno, no tiene por qué justificar ni tendría por qué hacer una gran inversión en marketing verde; pues simplemente estaría actuando conforme a sus principios y convicciones.

Si una empresa consigue alcanzar una buena gestión ambiental, además de contribuir a preservar el entorno, generará beneficios de competitividad, pues conseguirá una mayor eficacia en los procesos y realizará negocios con otras empresas que cumplen con las regulaciones internacionales, garantizando su viabilidad a medio y largo plazo.

Así, un nivel más alto de implicación ambiental genera mayor rentabilidad económica, debido a la optimización de procesos, reutilización, reciclaje, tratamiento y disposición adecuada de los materiales empleados. Debemos considerar al medio ambiente como la mano derecha en la metodología del diseño, enfocando el ciclo de vida del producto a la combinación de las mejoras ambientales con la innovación y reducción de costes.

Las empresas que ya han puesto en marcha una producción sostenible están experimentando grandes ganancias económicas, así como disminuyen la contaminación ambiental, ahorran energía, generan capacitación del personal y una mejora en las condiciones de trabajo. También está disminuyendo el consumo de agua, una de las principales preocupaciones actuales por parte de los profesionales del medio ambiente y para la sociedad en general.

El agua es un recurso que es considerado dentro de este ciclo, como un recurso natural renovable. No obstante, la experiencia demuestra que la tasa de contaminación del agua es muy superior a la capacidad del sistema natural de recuperarla. Por tanto, estamos creando un problema de escasez sobre un recurso que potencialmente podría ser renovable. El reto está en hacer una buena gestión que permita depurar el agua y reutilizarla. Es un elemento estratégico donde sigue habiendo inversión y capacidad de generar trabajo para técnicos dispuestos a aportar a la empresa soluciones realistas sobre la situación actual.

Alberto Vizcaíno López
Profesor de EUDE del Máster en Gestión Ambiental, Calidad y Auditoría para Empresas

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