Comunicado de prensa
6 junio de 2008

El aprendizaje de las matemáticas a muy corta edad: un elemento útil para toda la vida

Las matemáticas son esenciales no sólo para llevar la propia economía o para el trabajo diario, también y en mayor medida porque estructuran nuestro cerebro en algo que utilizamos prácticamente sin darnos cuenta: el pensamiento abstracto. Esta capacidad humana para “simbolizar” las imágenes utilizando palabras o números permite un mayor desarrollo de la imaginación y de las capacidades cerebrales. Por esta razón, es muy importante empezar el estudio de las matemáticas a edades tempranas: para conseguir estructurar el cerebro cuando mayor capacidad tenemos de aprendizaje.

Diversos estudios efectuados con alumnos a los que se les realizó un test estandarizado, demuestran que niños de un mismo curso tienen una “edad matemática” diferente entre ellos, que puede llegar a ser de hasta siete años. En el caso de los más pequeños, entre 5 y 6 años de edad, este desfase podría alcanzar los tres años. Dichas diferencias se mantienen estables a lo largo de todo el desarrollo infantil.

A la hora de preparar el mejor método para que estas discrepancias no tengan lugar, es necesario saber qué tipo de conocimientos se les puede proporcionar y cuáles ya han adquirido ellos a través de su entorno. En este sentido para los más pequeños, entre 0 y 3 años, podíamos indicar que existen tres divisiones de conocimiento que nos ofrecen los siguientes datos:

• Conocimiento intuitivo: los niños distinguen entre números pequeños pero lo usual es que no puedan ordenarlos por su magnitud. Sin embargo, a los dos años de edad, ya distinguen conceptos como igual, diferente y más. También reconocen muy pronto que añadir un objeto a un conjunto, hace que haya más y que quitarlo hace que haya menos. Pero este sistema les resulta impreciso porque, por ejemplo, creen que 5+4 es más que 9+2 ya que, para ellos, se añaden más objetos al primer recipiente que al segundo.
• Conocimiento informal: poco después de empezar a hablar, los niños aprenden los nombres de los números aunque aún no tienen claro su significado real. Así, hacia los 2 años, emplean la palabra “dos” para referirse a pluralidades, sean éstas las que sean. Medio año más tarde, es “tres” el término que utilizan para designar muchos objetos. En definitiva, contar se basa en el conocimiento intuitivo.
• Conocimiento formal: permiten a los niños pensar de forma abstracta y poderosa, abordando con eficacia los problemas en los que intervienen números grandes, lo que era una limitación en el conocimiento informal.

Es aquí donde se muestra especialmente necesario un aprendizaje reglado para aprovechar esta capacidad infantil. En este sentido, el Método Kumon permite trabajar con el alumno desde los 2 años y hacer que se sienta atraído por el aprendizaje; y la ventaja es evidente: la retención de la información es más duradera y se queda guardada en la memoria a largo plazo.

Las matemáticas son necesarias y divertidas

El sistema nervioso del niño en la primera infancia es muy frágil, lo que le hace muy propenso a la fatiga porque sus neuronas aún no poseen una alta capacidad de trabajo y requieren recuperarse cada cierto tiempo. Por lo tanto, es muy importante para su salud la estimulación dosificada y prudencial. En definitiva, lo importante es la calidad, no la cantidad. Esta calidad exige que el contenido se dirija a lo que realmente se ha de ejercitar en cada momento y que se respete el tiempo de recuperación requerido.

A parte de que el pequeño adquiere con el Método Kumon nuevos conocimientos relacionándolos con los anteriores y prácticamente sin darse cuenta, se trata de un aprendizaje individual y activo, a través de divertidas actividades. Para ello, el Método Kumon, en estas edades, establece una secuencia de ejercicios distribuidos en cuatro niveles de dificultad con el objetivo de que, al final, los niños no sólo sepan contar hasta 120 sino que, además, sepan lo que significa “ciento veinte” y establezcan las relaciones lógicas oportunas.

Los niveles iniciales se crean siempre pensando en los contenidos básicos que se necesitan para introducirse en las primeras sumas. Así, los efectos producidos por las acciones de poner y quitar permiten a los niños descubrir que se trata de procesos inversos. Pero, para ello, es necesario establecer en el cerebro infantil una serie de pilares, a saber:

• Adquisición de la secuencia verbal, es decir, aprender verbalmente los números.
• Asociar el número con su representación escrita.
• Reconocer el número por sí mismo y no sólo dentro de su secuencia.
• Asociar la forma verbal, escrita y visual del número y reconocer cantidades.
• Desarrollar la capacidad de centrar la atención y de permanecer concentrado en una tarea durante varios minutos.
• Dominar el uso del lapicero para que puedan escribir.
• Establecer un primer acercamiento a la posición relativa d elos números.

Todo ello lo logra el Método Kumon de tal forma que, con su práctica, se están sentando las bases para que el pequeño trabaje con las matemáticas desde una posición de privilegio durante toda su vida. Respecto a ello, Aurelio Sánchez, director de Formación y Comunicación de Kumon para España, destaca el caso de algunos alumnos “como es el caso de Félix, un niño de Barcelona que, con tan sólo 8 años, es capaz de resolver sistemas de ecuaciones y divisiones de polinomios; o el de Debora, una pequeña alumna de Indonesia que con 7 años recién cumplidos ya ha completado todos los niveles de la metodología”.

Acerca de KUMON

Kumon es red de centros de enseñanza de matemáticas cuya metodología está diseñada para alcanzar el máximo rendimiento intelectual del niño. Creada por Toru Kumon, profesor de matemáticas en Osaka (Japón), hace 50 años, cuenta actualmente con más de 25.000 centros en todo el mundo que imparten formación a 4.170.000 alumnos, que avalan el método del profesor japonés.

En España, Kumon posee 188 centros, entre propios y franquiciados, que ofrecen sus servicios educativos de forma presencial en Centros y Colegios, así como educación a distancia. La compañía está en pleno proceso de expansión con la apertura de nuevos Centros en Madrid, Cataluña, la Comunidad Valenciana y las Islas Baleares.

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