Modelos de Contratos
Artículo de Opinión
Lidia Minaya – Letrada de IURE Abogados
El mismo perro con distinto collar
Recientemente, el Gobierno ha aprobado la reducción del número de modelos de contrato. Se trata de una iniciativa del Ministerio de Empleo y Seguridad Social para simplificar las clases de contratación, y así tratar de disminuir las cifras alarmantes de desempleo que se están registrando en España en los últimos años. De esta manera, se ha pasado de tener unos 40 a 4 modelos de contrato de trabajo, quedando determinados en: Contrato Indefinido, Contrato Temporal, Contrato para la Formación y el Aprendizaje, y Contrato en Prácticas.
Por mi parte, considero que no se trata de una medida muy acertada y que no tiene mucho sentido, puesto que se trata de una operación de “simple maquillaje” que no supone ningún cambio legislativo. Tampoco conlleva, como parece, la eliminación de 38 tipos de contrato, sino la agrupación de las más de 40 clases existentes en 4, añadiéndolos como cláusulas que recogen diferentes modalidades.
Es decir, los modelos que ha creado el Ministerio de Empleo se dividen en otras variedades. Por ejemplo, en el tipo de contrato indefinido se pueden contar hasta 17 versiones diferentes; y en el temporal se contemplan más de una veintena de clases, ya que en este último están incluidos los contratos por obra y servicio, primer empleo joven, el eventual por circunstancias de producción, el de interinidad, a tiempo parcial con vinculación formativa, etc. De esta manera, el único cambio que supone es que antes de la aprobación de esta normativa, cada contrato tenía un formulario específico a presentar ante la Administración. Algo que, si hay que admitir suponía, un “enjambre de formularios” con poco sentido.
Pero, aunque se pretenda simplificar la contratación en España, se trata de una medida que no conlleva nada nuevo y que, a mi juicio, no tendrá ninguna repercusión especial para empresas y empleadores. Según palabras de la Ministra de Trabajo, Fátima Báñez, “se pretende facilitar e incentivar la contratación estable de trabajadores, mediante la reducción de trabas administrativas para las empresas y que, a la vez, los empleados tengan contratos que resulten más transparentes”. Y es que según apuntaban, se había identificado que la existencia de ese gran número de formularios suponía en algunos casos una barrera para el pequeño empresario a la hora de contratar.
Pero agrupar los tipos de contrato ¿hace más estable el empleo? A mi entender no, ya que el objetivo de esta medida no es por ejemplo el aumento de las bonificaciones a la contratación, sino que únicamente se ha pretendido simplificar los modelos de contratos existentes. Por ello, no lleva aparejada, en mi opinión, el facilitar al candidato a un nuevo puesto de trabajo, ni la seguridad de que dicho puesto sea estable.
Si, como quieren hacer entender se ha realizado esta iniciativa para adecuarse a la normativa de otros países de la Unión Europea, habría que destacar por ejemplo que en Alemania sólo hay dos tipos de contrato, temporales o indefinidos. Así, los empleadores pueden celebrar contratos temporales de hasta dos años, sin que haya una causa que justifique dicha temporalidad y así, dentro de este período, se puede prorrogar el contrato hasta en tres ocasiones.
Por estas consideraciones, sería conveniente plantearse cuál ha sido verdaderamente el motivo de la reducción, pues a pesar de la “buena voluntad” de la Ministra, es evidente que no se van a conseguir así los objetivos pretendidos. A mi entender deberían comenzar a tomar medidas urgentes que atajasen el problema del paro, que animasen a los empresarios a crear empleo estable y dejar de poner parches que no suponen ninguna solución.
Simplificar los requisitos administrativos, puede ser un inicio, pero no una solución, por eso considero que deberían centrarse en fomentar las bonificaciones a la contratación, en las ayudas a las empresas que aumenten sus plantillas y en mantener normativas estables, que no vayan a cambiar de un día para otro. Así las compañías tendrían la seguridad de que pueden crear empleo y podrían dar una oportunidad a muchos de esos españoles que esperan, ya con impaciencia, un puesto de trabajo. Mientras no tomen estas iniciativas seguiremos teniendo, como apunta el dicho popular, el mismo perro con distinto collar.