Para garantizar la continuidad de la empresa… Medidas jurídicas que debe tener en cuenta el emprendedor
Comunicado de prensa
Agosto de 2013
Toda andadura empresarial implica la apuesta decidida del emprendedor, por acometer una actividad económica que conduzca al logro de unos objetivos predeterminados.
Por ello, en materia legal, el asesor del emprendedor debe poner de manifiesto los diferentes riesgos a los que se expondrá la futura empresa, no con el ánimo de disuadir al emprendedor de su actividad, sino con el objetivo de gestionar tales riesgos y evitar que su eventual concreción puedan frustrar la actividad empresarial.
En este sentido, son habituales ciertos errores de planificación en las empresas que terminan por conducir al cierre definitivo de la misma. Por ello, para evitar un posible cierre de la actividad económica llevada a cabo por el emprendedor, resulta aconsejable adoptar ciertas medidas preventivas desde el principio.
Un primer paso consiste en identificar correctamente los riesgos inherentes a la actividad que se pretende emprender, de forma que pueda planificarse una estructura societaria óptima que canalice tales riesgos. Así, no resulta aconsejable que la actividad empresarial se identifique en su integridad con una única sociedad de capital (sociedad anónima o sociedad de responsabilidad limitada), dado que ello supone concentrar en la misma sociedad el devenir futuro de las distintas actividades que vaya a desarrollar.
En palabras de Carlos Pavón, socio director de IURE Emprendedores & Business: “A modo de ejemplo, si una empresa pretende fabricar un producto concreto y distribuirlo en los puntos de venta de sus clientes, una actividad económica será la producción del producto, mientras que la distribución constituirá una actividad independiente, resultando aconsejable que ambas actividades se encuentren diferenciadas en sociedades mercantiles distintas, vinculadas entre sí por la misma participación societaria”.
Esto es así porque puede ocurrir, en la práctica, que la empresa se vea obligada a prescindir, por cualquier motivo, de la actividad de distribución y pretenda subcontratar este servicio a un tercero, o bien que se asuma directamente por el cliente. En este proceso de reordenación de la actividad, la previsión de haber constituido en origen una sociedad independiente para su explotación permitirá que la sociedad de fabricación no se vea lastrada por el cierre de la actividad de distribución.
En otros casos, la diversificación del riesgo se identifica con una eventual morosidad por parte de los clientes, que puede conllevar el cierre empresarial en caso de impago de un importe significativo de la facturación.
Para este tipo de supuestos es aconsejable constituir sociedades filiales de venta que canalicen el riesgo de impago de los clientes. Con ello se logra garantizar la continuidad de la empresa a través de su matriz, a pesar del riesgo de impago de un cliente o grupo de clientes relevantes, al verse únicamente afectada por el mismo la sociedad filial.
Por último cabe citar, como error habitual en el inicio y desarrollo de cualquier actividad empresarial, la escasa utilización de los mecanismos que prevén nuestra normativa para la flexibilización del coste laboral y su adecuación al volumen de facturación.
Así, muchas de las dificultades que ponen en riesgo la continuidad de las empresas suelen venir acompañadas por un sobrecoste laboral asociado a su consideración como coste fijo en la cuenta de resultados, de forma que una caída en las ventas no se ve acompasada por una reducción proporcional en la estructura de costes de las empresas. Para ello, la utilización de retribuciones variables a favor de los empleados permite incrementar su retribución cuando la empresa alcanza unos resultados positivos óptimos, mientras que una reducción en la facturación permitirá reconducir de forma proporcional el coste laboral hasta unos niveles adecuados.
“Estas medidas, a modo de ejemplo, ponen de relieve la necesidad de anticiparse a los riesgos futuros de la empresa, adoptando las acciones necesarias para prevenir que éstos puedan conducir al cese definitivo de la actividad empresarial”, añade Pavón.
IURE Emprendedores & Business nace como un nuevo área de negocio del Despacho IURE Abogados para ofrecer un asesoramiento integral y una continua búsqueda de soluciones para las empresas que quieren iniciar su actividad de una manera ordenada y segura, o que entienden que llegado un punto de actividad y desarrollo de su negocio, requieren del asesoramiento especializado, para la reorganización de su estructura societaria.
Fruto de de la experiencia de sus socios y abogados, se ha desarrollado con la convicción de que el óptimo asesoramiento jurídico, económico y financiero, en el momento oportuno, es requisito indispensable para asegurar la marcha de todo proyecto desde el inicio de su actividad. Asimismo, la toma de decisiones, en determinados momentos, con el consejo adecuado, definirá su futuro y, en gran medida, su éxito empresarial.
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