Comunicado de Prensa
18 de junio de 2008

Continuar con actividad intelectual durante las vacaciones es fundamental para el desarrollo mental de los niños

Aunque pueda sonar a tortura para la mayoría de los niños, la práctica de las matemáticas en verano produce múltiples beneficios a los más pequeños, debido a que incrementa su capacidad intelectual al potenciar la memoria, el razonamiento y la agilidad mental, elementos válidos también para otras materias que se imparten en edad escolar.

Pero, en este contexto cabe preguntarse ¿cómo conseguimos que el niño realice ejercicios de matemáticas en verano? En este sentido, Aurelio Sánchez, director de Formación y Comunicación de Kumon España, indica: “Es cuestión de percepción. Al igual que un niño puede entusiasmarse con la lectura de un libro o estar varias horas con un videojuego, tenemos que conseguir hacer atractivas las matemáticas; un claro ejemplo podría ser el Sudoku; a nadie le extraña que pequeños y mayores lo realicen en la playa. Casi sin darse cuenta están ejercitando la mente con cálculos numéricos.”

En esta misma línea, de todos es bien conocida la imagen que los niños tienen de las matemáticas. No solo actualmente, sino ya en tiempos pasados, ha sido la asignatura “hueso” para la gran mayoría. Por ello, el método Kumon está diseñado de tal forma que los niños puedan aprender matemáticas de forma sencilla. Por este motivo, esta metodología de aprendizaje abarca desde los niveles más básicos, en los que se aprende a contar e identificar números, destinado a los niños de 2 años en adelante, hasta los niveles más altos del método, cuyo contenido forma parte de los primeros cursos de algunas carreras universitarias.

Por todo ello, para hacer atractivas las matemáticas es necesario un punto de partida fácil que permita que el alumno trabaje motivado; esto implica que el primer paso de esta metodología es la realización de un test para determinar los conocimientos reales del niño, independientemente de su edad o curso escolar.

En segundo lugar, un poco todos los días. Trabajando simplemente 15 minutos al día, el niño irá progresando con un nivel de dificultad casi inapreciable e irá desarrollando un hábito que le permitirá alcanzar excelentes resultados. Parte del éxito de este método se basa en la constancia y el afán de superación.

Sin tediosas explicaciones. El material didáctico de Kumon está diseñado para que el alumno aprenda por si mismo. Cada vez que comienza un tema nuevo, aparecen ejemplos y pistas sobre cómo resolver los ejercicios.

Colaboración de los padres. Los padres deben participar en la actividad, calificando los ejercicios y motivando a sus hijos, pero debe ser el niño quien se encargue de analizar las causas de los errores y corregir los fallos.

Los mejores resultados a largo plazo. El aprendizaje de las matemáticas es un proceso que requiere constancia y que a largo plazo permite al desarrollo de diversas capacidades. Por ello es importante que desde el principio resulten atractivas y que los alumnos disfruten mientras trabajan con ellas.

Aurelio Sánchez concluye: “Queremos insistir en la importancia de las matemáticas en desarrollo intelectual del niño, debido a que lleva implícito el desarrollo de capacidades y hábitos que les serán muy útiles tanto en su vida escolar como en la vida cotidiana”. Y añade: “es conveniente que el proceso de aprendizaje de las matemáticas se inicie a muy corta edad, ya que esto reportará un gran beneficio a los estudiantes en otras etapas de su vida”.

Acerca de KUMON

Kumon, red de centros de enseñanza de matemáticas cuya metodología está diseñada para alcanzar el máximo rendimiento educativo del niño, nace en 1954 al abrir el profesor Toru Kumon, en su propia casa de Osaka, el primer centro de enseñanza de la metodología que lleva su nombre; actualmente, existen más de 25.000 centros en los cinco continentes en los que se imparte este Método a más de cuatro millones de de niños.

El método Kumon fue creado por este profesor de matemáticas, debido a que deseaba ayudar a su hijo al haber obtenido una baja calificación en esta asignatura; para ello, elaboró un sistema de ejercicios, cuyo nivel de dificultad se aplicaba de forma paulatina y con un tiempo inferior a 30 minutos de dedicación. Los resultados fueron sorprendentes, ya que gracias a las capacidades y hábitos desarrollados, adquirió una actitud hacia el estudio que le permitió mejorar en todas las asignaturas.

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